El presidente enfrenta dos diferentes niveles de dificultad para generar corrientes de opinión a favor de las reformas del INE y de la CFE, al menos seis factores se deben tomar en cuenta.
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El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha señalado que tiene tres reformas pendientes: la eléctrica, la electoral y la de seguridad. La atención se ha centrado en las dos primeras porque en 2022 hay acontecimientos que las hacen más vigentes. En el caso de la primera, por el parlamento abierto sobre la reforma constitucional del servicio eléctrico y su posible votación en el Congreso y, la segunda, por la revocación de mandato presidencial y las elecciones para seis gobiernos estatales del 5 de junio.
El presidente enfrenta dos diferentes niveles de dificultad para generar corrientes de opinión pública a favor de estas dos reformas. Mi impresión es que es más fácil que el ciudadano se identifique con sus argumentos sobre la reforma eléctrica, que buscan fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que con los buscan debilitar al Instituto Nacional Electoral (INE). Aquí enumero algunos factores.
1.- El factor de enardecimiento: sin capacidad de influir en medios tradicionales, el presidente recurre a las redes sociales y a la movilización de sus simpatizantes para generar apoyo a sus iniciativas. El sentimiento que más los mueve es la indignación y enojo que se alimenta del sentimiento de desigualdad e injusticia. Para el presidente es más fácil argumentar inequidad en tarifas eléctricas, y generar indignación popular, que en los derechos electorales.
2.- El factor de la narrativa: para generar indignación, el presidente necesita una narrativa que penetre en las fibras más sensibles de los ciudadanos. La narrativa de AMLO sobre privilegiados que pagan menos por el precio de la luz es más persuasiva que la de los abusos del INE. A todos nos molesta pagar precios exagerados por el consumo de luz; en cambio, nuestro contacto diario con el INE es positivo, nuestra credencial nos abre puertas y nos permite realizar transacciones que facilitan nuestra vida. La experiencia del ciudadano con el INE no tiene nada que ver con los ataques del presidente López Obrador a los altos salarios y excentricidades del INE o a sus peleas con su presidente, Lorenzo Córdova.
3.- El factor de la onmipresencia: el INE y la CFE tienen un claro monopolio en las vidas de los mexicanos. Los recibos de luz son de CFE, ninguna otra empresa nos factura. La credencial del INE, más allá de votar, es nuestra llave para cobrar un cheque, hacer un trámite, entrar a un edificio o tomar un avión o autobús. Deben ser muy pocos mexicanos que no tengan una opinión sobre la CFE y el INE, y me atrevo a intuir que la reputación del INE debe ser superior a la de la CFE.
4.- El factor ciudadano: el INE es una institución ciudadana, quizá como ninguna otra institución, funciona gracias a la participación de mexicanos de todas las clases sociales. Ningún ciudadano soluciona conexiones eléctricas, pero decenas de millones de mexicanos han sido funcionarios de casilla y han velado por el respeto a las reglas electorales. Tiene mayor resonancia desarrollar una campaña que promulgue #YoSoyINE que una que diga #YoSoyCFE. Y si le metemos el ingrediente personal, los negativos de Manuel Bartlett deberían ser infinitamente mayores que los de Lorenzo Córdova.
5.- El factor de la IP: para atacar la reforma eléctrica las empresas privadas han conformado frente que no existe para defender al INE. Hay muchos intereses afectados por la reforma eléctrica, dinero invertido, empresas defendidas por gobiernos extranjeros y cláusulas de tratados internacionales potencialmente violadas. En este sentido, la reforma eléctrica enfrenta contendientes con músculo. En cambio, el INE no tiene más respaldo que el de los ciudadanos; no hay empresas ni países que lo defiendan, pero, por lo mismo, su defensa es más genuina. La defensa del INE es la defensa de la participación ciudadana. Para millones de mexicanos, el INE, sexenio tras sexenio, partido tras partido, ha sido un baluarte de la libertad y del sistema electoral que, con todos sus defectos, decidimos darnos. El INE nos asegura que los derechos electorales de todos los mexicanos, simpaticen con el partido que simpaticen, sean respetados.
6.- El factor del costo: la democracia y la luz tienen un alto costo. La primera es cara porque los mexicanos hemos decidido pagar por la operación de los partidos políticos, en lugar de que intereses privados (empresas, asociaciones, o el crimen organizado) los financien. Pero la reforma del INE representa un riesgo para los partidos políticos porque abre la puerta a cuestionamientos sobre los miles de millones de pesos que se les transfiere para su operación. En el caso de la CFE, los mexicanos pensamos que el alto costo de la luz es producto de ineficiencias, burocratismo y corrupción dentro del gobierno. Si, como dice el presidente López Obrador, la cadena de tiendas OXXO paga menos por la luz, mucho mexicanos desearían pagar lo mismo que paga OXXO. El discurso presidencial sobre el costo de la luz lleva a muchos mexicanos a preguntarse “¿Porque no pago lo mismo que una tienda OXXO? Yo quiero pagar menos por mi luz, por lo menos lo que paga OXXO.” Aunque las dos reformas tocas nuestro bolsillo, la de la luz es más cercana a las preocupaciones de las familias. Una mala reforma de electricidad acabará costando a todos.
Los seis factores descritos pueden explicar porque la reforma eléctrica puede ser más atractiva a la opinión pública que la reforma del INE. También explican porqué el presidente quiere que su gabinete inicie una campaña en todo el país para persuadir a los mexicanos de sus beneficios.
No obstante, independientemente de su popularidad entre la ciudadanía, es poco probable que la reforma eléctrica sea aprobada en el Congreso porque están en juego los intereses de empresas privadas, gobiernos extranjeros y tratados internacionales que pesarán sobre los 500 diputados y 128 senadores mexicanos.
El gobierno tendrá que considerar los seis factores descritos para evaluar la viabilidad de las reformas. Cada una tiene su dinámica propia, sus detractores y defensores, y diferentes posibilidades de éxitos. El presidente López Obrador apuesta a que la repetición de sus ataques a empresas de energía y al INE se traduzcan en mayor apoyo a sus reformas pero, como han demostrado FEMSA con su video sobre los verdaderos costos de luz que pagan sus tiendas OXXO, y el presidente del INE, Lorenzo Córdova, con su insistente defensa del Instituto, hoy parece haber quienes están dispuestos a enseñar las cartas para ver si el presidente blofea.