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Foto del escritorAntonio Ocaranza Fernández

Biden y Cienfuegos: el discurso blindado de AMLO

Actualizado: 1 jul 2021


 

En el caso de las elecciones en EU y el regreso a México del General Cienfuegos, hay elementos que explican la efectividad del mensaje del presidente López Obrador.

 

Ver publicación en: El Economista

En su conferencia mañanera, el presidente López Obrador recordó que existe un acuerdo de cooperación entre ambos países, el cual fue violado con la detención de Cienfuegos. (Galo Cañas/Galo Cañas)

El presidente López Obrador ha salido muy bien librado de las críticas y del afán de los opositores de encontrar contradicción en su decisión de no reconocer el triunfo de Joe Biden o cuestionar el regreso a México del General Salvador Cienfuegos. El presidente ha tenido una gran habilidad para encuadrar los hechos y circunstancias dentro de su discurso central y, con ello, seguir construyendo popularidad y reforzando el posicionamiento de sus mensajes.

Este es, sin duda, el verdadero valor del “diálogo circular” que realiza todas las mañanas y que sus detractores desdeñan por ineficaz, repetitivo, aburrido y falto de congruencia y de verdad. Por el contrario, si se revisan las encuestas, la popularidad del presidente demuestra la eficacia del ejercicio.

En el caso de las elecciones en EU y el regreso a México del General Cienfuegos, hay cuatro elementos que explican la efectividad del mensaje del presidente López Obrador:

1.- Claridad de su audiencia: el presidente habla a su base electoral y presenta sus argumentos con una lectura clara de lo que quiere transmitir a sus simpatizantes. Las críticas de los opositores no le preocupan porque han demostrado en el pasado su incapacidad de presentar argumentos que resuenen con la mayoría de los mexicanos y porque cada ataque alimenta la idea de que son producto de un movimiento de reacción en contra de la transformación que necesita y merece México.


2.- Una narrativa donde todo encaja: el discurso presidencial está fundamentado en el respeto a la ley, la lucha contra la corrupción y la soberanía de México. Las decisiones de no reconocer a Biden y gestionar el regreso del General Cienfuegos se explican por el respeto de la Doctrina Estrada o la violación a acuerdos de cooperación bilateral. Las críticas de que ambas decisiones se deben a la estrecha lealtad que AMLO le ha tenido a Trump no hacen el más mínimo rasguño a la explicación legal del presidente porque a lo largo de dos años ha aclarado otros temas con las mismas respuestas y eso ha calado hondo en una audiencia que cree fielmente en AMLO. ¿Qué mexicano no se sentiría orgullo de pensar que, como dijo el presidente, al entregar al General Cienfuegos Estados Unidos reconoce que nuestro sistema judicial es igual al estadounidense?


3.- Disciplina: quienes se aburren de escuchar al presidente desconocen la importancia de la disciplina en el mensaje. El presidente es persistente y constante en la evangelización de su proyecto. Quien se aburra del mensaje presidencial, ya sea aliado u opositor, es porque se lo sabe de memoria, lo ha escuchado una y otra vez, y esa es, precisamente, la intención.


4.- El efecto Ebrard: el Canciller es, junto con el Dr. López Gatell, el mejor vocero del gobierno y siempre se ha cuidado de expresar que los éxitos se deben a instrucciones presidenciales precisas. Con frecuencia, las intervenciones de Ebrard construyen la plataforma sobre la cual el presidente desarrolla mensajes que lo transforman en estadista, defensor de la soberanía, promotor del respeto a México en el mundo. Sin duda, esto convierte al Canciller Ebrard en el más valioso colaborador de AMLO. Quizá haya otros cercanos, como Claudia Sheinbaum, pero de entre todos, Ebrard es quien ofrece al presidente temas que lo hacen brillar y le resuelve problemas, lo mismo un avión lleno de ventiladores para hospitales que vacunas, victorias sobre la DEA o propuestas populares ante la ONU o el Grupo de los 20.


Quizá para muchos la calidad de las decisiones del presidente dejen mucho que desear, pero su capacidad de comunicar y explicarlas a su audiencia preferida ha construido un muro de protección hacia el gobierno. Los líderes de opinión, políticos y empresarios que se dedican a criticar al presidente en aras de minar su credibilidad serían más exitosos si dedicaran la mitad de ese tiempo a construir mensajes que resuenen en la mayor parte de los mexicanos y ofrezcan una visión alternativa de país que sea inspiradora y constructiva. Para estos grupos, atacar sin mejores argumentos a un presidente disciplinado con un mensaje muy afianzado y persuasivo que permea en los estratos más populares del país, es una receta al fracaso.




Ver publicación en: Expansión

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