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Foto del escritorAntonio Ocaranza Fernández

Interpretaciones del segundo debate presidencial

El segundo debate presidencial moverá poco las tendencias del voto, pero sin duda genera expectativas y nuevas oportunidades para los candidatos hacia el 2 de junio. Quizá el efecto más inmediato es que el voto de la oposición se dividirá más debido al buen desempeño de Jorge Álvarez Máynez, el candidato de Movimiento Ciudadano. Pero el mejor desempeño de la opositora Xóchitl Gálvez debe alentar y energizar a su base de simpatizantes que se sintieron defraudados en el primer ejercicio presidencial. Claudia Sheinbaum, por su parte, aguantó los embates y no parece haber perdido puntos. Lo mejor del segundo debate es que nos hace esperar el tercero con mayor expectativa.



A continuación algunas apreciaciones sobre cada candidato.


Pros de Claudia Sheinbaum

Es una mujer disciplinada con nervios de acero, no en balde es considerada una mujer fría y calculadora. Lo que en campaña puede ser un hándicap, en un debate es una gran virtud porque le permite mostrarse en cámara sólida y tranquila. No se engancha con los ataques y sabe mantener una dinámica proactiva para que quien la escucha sienta que su actitud es propositiva. Tiene a la mano tarjetas con datos que dan soporte a sus argumentos. Con cada ejercicio se nota más desenvuelta y segura.


Contras de Claudia Sheinbaum

Tuvo problemas para controlar sus tiempos. En cada segmento, se salió de su guión y consumió segundos para enfrentar ataques. No tuvo argumentos para enfrentar los ataques de Xóchitl Gálvez sobre el dinero que recibió “su marido” Carlos Imaz, la caída de la línea 12 del metro de la Ciudad de México o la supuesta corrupción de los hijos del presidente, más allá que decir que ya se habían aclarado o que se presentaran denuncias. Carga con la responsabilidad de defender a todo el gobierno de la 4T: López Obrador, Rocío Nahle, Pemex, etc. Si no da respuesta a los ataques de la oposición, es posible que se mine su credibilidad.


Pros de Xóchitl Gálvez

Se vio más natural y suelta; fue más Xóchitl. Sus intervenciones hicieron que Sheinbaum tuviera que salirse de su guión y usara tiempo en su defensa y manejó los tiempos de tal forma que siempre tuvo ventaja sobre Sheinbaum. Fue incisiva y trató de reflejar en sus comentarios el sentir de gente común en diversas zonas del país. Insistió en los temas que le duelen a Sheinbaum porque repitió en varios momentos que no explicó las acusaciones que le hizo.


Contras de Xóchitl Gálvez

Carece de la disciplina para machacar de manera insistente un tema sensible para Sheinbaum. Comenzó haciendo una relación entre el precio que pagan los mexicanos por productos y el control del crimen organizado y no volvió a ese tema en el debate. Tiene que hacer un mayor esfuerzo por relacionar los problemas del mexicano común con las políticas del gobierno. Tiene tantos temas de ataque que parece dispersa y poco efectiva y, por eso, es incapaz de dejar en quien la escucha una idea central que mueva a los electores. Tuvo una oportunidad de oro en la pregunta sobre las comunidades indígenas para hablar en su propia lengua hñähñu diferenciarse de los otros candidatos pero la dejó pasar.


Pros de Jorge Álvarez Máynez

Evita atacar y mantiene un tono propositivo que gusta a quienes están hastiados de la confrontación y polarización. Maneja bien sus datos y usa los ejemplos de Nuevo León y Jalisco para demostrar que Movimiento Ciudadano sabe gobernar. Sus ataques a las otras candidatas le permiten situarse en el centro político para atraer a quienes no se identifican ni con Morena ni con la oposición de Xóchitl.


Contras de Jorge Álvarez Máynez

Podría aumentar más votos si cortejara a independientes críticos de Morena pero su moderación lo hace desconfiable, a lo que se suma, además, su sonrisa acartonada. Sus ataques a Xóchitl Gálvez y su mesura con Sheinbaum alimentan la impresión de que es un esquirol cuya función es dividir el voto de la oposición y ayudar al triunfo de Morena.


El segundo debate presidencial ha sido un ejercicio más fresco y dinámico. No nos ha acercado a las propuestas que deseamos para un México más próspero pero sí nos ha permitido medir mejor a los contendientes. Jorge Álvarez continuará creciendo en las encuestas porque es el candidato menos conocido y porque ha sido propositivo y centrado. La actuación de Xóchitl Gálvez quizá renueve la energía de sus simpatizantes y genere una tendencia ascendente entre los independientes. Sheinbaum, por su parte, ha defendido su terreno, no ha cometido pifias mayores y ha ofrecido argumentos que ayudarán a que el gobierno de López Obrador no se sienta desilusionado.


El segundo debate nos ha abierto el apetito. Para el tercero, que será a unos cuantos días de la elección del 2 de junio, se esperaría que Sheinbaum mantenga su semblante controlado, Xóchitl continúe atacando al gobierno y Álvarez Máynez se presente como opción seria y experimentada. De los tres, otra vez, Sheinbaum la tiene más fácil.


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