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Foto del escritorAntonio Ocaranza Fernández

La sociedad está dividida, tu empresa también


Publicado en El Financiero el día 4 de abril del 2018.


Si la sociedad se encuentra dividida entre cuatro candidatos, imagina que tu empresa refleja la misma situación. La última encuesta de Parametría indica que si hoy fuera la elección presidencial, 40 de cada 100 empleados votaría por López Obrador, 29 por Anaya, 24 por Meade y 8 por Margarita Zavala. Si, como es el caso de la mayoría, el empresario no simpatiza con López Obrador, sentirá que sus empleados lo habrán traicionado.

Dentro de las empresas se vivirá un ambiente de trabajo pesado antes y después de las elecciones. La conversación en el comedor de cada fábrica, planta de producción, o negocio confrontará a lopezobradoristas, que en el pasado han sido estigmatizados y hoy se sienten reivindicados, contra anayistas y meadistas que expondrán escenarios de crisis, desastre y colapso con López Obrador. Lo que hoy se vive en las empresas —y dentro de las familias— se va a exacerbar a medida que se acerque el 1 de julio y se conozcan los resultados electorales porque, independientemente de quien gane, la mitad de la sociedad mexicana se sentirá desilusionada.


Construir un espacio donde los empleados puedan convivir y expresar libremente sus opiniones es el reto de las políticas corporativas de inclusión y diversidad que con frecuencia asociamos a temas de género, orientación sexual o credo, pero no con la convivencia política.


Para responder a este reto las empresas pueden considerar las siguientes acciones:


1.- Reforzar el clima de respeto. Las empresas deben fomentar el respeto a las diferencias de opinión entre sus empleados. Una empresa que promueve y respeta la pluralidad es más sólida y sostenible y por eso debe comunicar internamente sus políticas de diversidad e inclusión.


2.- Evitar influir en las preferencias de los empleados. Ningún empleador o patrón puede realizar acciones que puedan ser tipificadas como delito electoral al incidir en la forma en que sus empleados voten ni obligarlos a contribuir a campañas políticas. Se debe evitar que un empleado diga: "mi patrón me pidió que votara por x".


3. Apoyarse en el INE. El Instituto Nacional Electoral tiene materiales para informar a los ciudadanos sobre sus derechos, los aspectos más importantes de las elecciones, la ubicación de casillas, las plataformas políticas (entra a la liga: centralelectoral.ine.mx). Las empresas pueden utilizar estos materiales para invitar a los empleados a votar y participar en las elecciones y, porqué no, hasta premiarlos en un evento corporativo porque aceptaron ser funcionarios de casilla o simplemente agradecer a los que hayan votado con un correo electrónico el 2 de julio.


4. Invitar a los candidatos relevantes. Las empresas pueden invitar a los candidatos a presidente municipal, diputado, senador, o Presidente a que acudan a sus lugares de trabajo u oficina corporativa para dar charlar con empleados y exponer sus propuestas. Eso será apreciado por candidatos y empleados, siempre y cuando la invitación se extienda a todos y se les de un trato equitativo.


5. Cerrar heridas el 2 de julio. México despertará a una nueva realidad el día posterior a las elecciones: más de la mitad del país habrá votado por una opción diferente a la ganadora. Dentro de las empresas quizá la mitad de los empleados se sientan desilusionados o, peor aún, ultrajados, por el resultado. Nuevamente, una cultura de respeto debe ser una extraordinaria herramienta para que las empresas puedan operar sin resentimiento o distracciones cuando el proceso electoral concluya.


La mejor contribución que las empresas pueden hacer a la democracia mexicana es promover democracia y respeto entre sus empleados cuya lealtad está políticamente dividida. Inducir al voto a favor de un candidato no sólo es un delito, también es una acción que atenta contra la estabilidad de las empresas. Si las empresas defienden la pluralidad serán reconocidas por sus empleados y podrán operar normalmente en este año electoral electrizante. El respeto a la preferencia electoral generará también lealtad hacia la empresa. "Este es el lugar donde quiero trabajar" dirán los empleados, ¨porque no importa cómo vote o qué opine, aquí se me respeta.





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