El gobernador Cuitláhuac García es la figura del cierre del año. Se convirtió en el blanco de críticas y campañas por parte de Ricardo Monreal, líder del Senado, y Dante Delgado, presidente de Movimiento Ciudadano (MC) y exgobernador de Veracruz, porque la fiscalía del estado encarceló a José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política en el Senado y alto dirigente de MC.
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La detención se suma a otras acciones del gobernador, en especial una reforma al Código Penal sobre lo que constituye el delito de “ultraje a la autoridad”, que han sido presentadas como una ofensiva para amedrentar y acallar a sus opositores.
Monreal tiene razón justificada para entrar en defensa de su colaborador cercano. El mismo canciller Ebrard reconoció el gesto de “integridad y calidad humana” del senador por “no abandonar a los compañeros y amigos”.
Pero Monreal es un político audaz e inteligente y, más allá de la amistad, ha visto en el encarcelamiento una nueva oportunidad para seguir construyendo su candidatura hacia 2024 con una brillante jugada de cuatro bandas.
1. La reforma de García es impopular: en un país donde la autoridad está desprestigiada, muy pocas personas en su sano juicio defenderían un código que permite detenciones por “cualquier tipo de violencia” contra la autoridad. Las acciones de García han alimentado la percepción de que actúa de manera arbitraria y autoritaria;
Han confrontado a líderes dentro de su propio partido y pueden convertir a Veracruz en el campo de batalla de pasiones nacionales. Con los reflectores encima, sus errores serán magnificados por sus detractores e incomodarán a sus aliados.
2. Un gobernador con pocos amigos: Cuitláhuac García es un blanco político fácil porque pocos políticos de peso están dispuestos a salir en su apoyo. El presidente López Obrador lo considera un “buen gobernador”, “gente honesta… íntegra”, pero hasta ahí llega la lista de políticos notables que reconozcan las virtudes de García. Hay morenistas como Gibrán Ramírez o senadores cercanos a Monreal, que critican su “actuar opaco y autoritario”. El ruido de detractores de peso nacional eleva el costoso de defensa del mandatario veracruzano. Hoy, en un estado lleno de grillos, predomina el silencio.
3. Es Cuitláhuac, no Morena: Monreal ha sido muy hábil en plantear el estilo de García como la antítesis de un gobierno morenista. Señala que oponerse a García es defender la esencia de Morena porque “tenemos que estar del lado de las personas humilladas, de las injustamente apresadas, de los perseguidos políticos, de la gente que siente temor y terror en su propia tierra”. Monreal, una bandera popular que enarbola para corregir a un político de su partido y con ello obliga a las definiciones de los morenistas. Parafraseando a López Obrador, Monreal piensa que es sano que se quiten las máscaras y termine la simulación: ¿quién con García y quién con la gente injustamente encarcelada?
4. La dinámica del 2024: Veracruz es un terreno donde chocan las ambiciones de la sucesión presidencial. El ataque de Monreal también compromete a Claudia Sheinbaum, con quien García simpatiza, y lo acerca a Ebrard. Además, con la defensa de Del Río, Monreal teje una alianza con MC, por si la candidatura de Morena se le escapa. El apoyo de la nomenklatura de Morena a un autoritario como García y a los procesos de selección de candidatos a gobernador por medio de encuestas operados por Mario Delgado, permiten al líder del Senado construir una narrativa que justifica su disenso y sacude las alianzas dentro de Morena.
Monreal ha visto que gradualmente se cierran sus espacios y que la selección de candidatos de Morena a gobernador para las elecciones en 2022 busca restarle apoyos e influencia. Pero el senador ha aprovechado los errores de un político controversial y sin muchos apoyos para demostrar que tiene estrategia, energía y aliados para dominar la agenda pública. El destino de Del Río está en manos de la justicia veracruzana y más allá de la presión política, no es mucho lo que el senador pueda hacer para liberarlo. No obstante, en términos de su agenda política, los errores de Cuitláhuac García han sido tan redituables para Monreal que el propio presidente López Obrador ha tenido que cantar a su tono.
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