El presidente López Obrador ha detonado una gran discusión tras declarar que añadió un texto a su testamento para asegurar la gobernabilidad y continuidad de su movimiento de Cuarta Transformación, en caso de perder la vida en su cargo.
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A pesar de las críticas de quienes señalaron que el testamento era una afrenta al proceso establecido en la constitución, el presidente, como cualquier ciudadano, es libre de poner en su testamento lo que le parezca. Al final, en su ausencia, será responsabilidad de los poderes de la Unión velar porque se cumpla lo que establece la Constitución y no hay testamento que pueda contravenirla. Que el presidente herede a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto Lopez, Andrés Manuel López Beltrán, Jesús Ernesto López Gutiérrez a Beatriz Gutiérrez Mueller el puesto de presidente de la República, servirá de poco.
En cambio, como dice Jorge Zepeda Patterson, a todos ayuda que el presidente trate de controlar las ambiciones de sus correligionarios para mantener la unidad de su movimiento de regeneración nacional, MORENA. Con una oposición tan dividida y desprestigiada, lo menos que necesita México es un partido en el gobierno fragmentado y debilitado por pugnas intestinas. En su testamento político, Lenin criticó a todo su círculo cercano, desde Stalin y Trotski hasta Ordzhonikidze, Dzerzhinski y Piatakov, que no había nadie sin mancha que pudiera reclamar su legado; ya conocemos cómo terminó la historia. Uno esperaría que López Obrador no comenta ese error.
Mas allá del nombre y apellido de un posible sucesor, el presidente ya ha descrito en muchas ocasiones el tipo de persona que debe sucederlo. Estos deben ser sus atributos.
1.- El interés de la Nación por encima de todo: el sucesor debe velar por el interés superior, el interés del pueblo y de la Nación por encima de todo y tener un firme compromiso con la transformación del país.
2.- Compromiso con la transformación: quien quiera identificarse con la cuarta transformación debe estar consciente de que vive “un tiempo histórico, un momento estelar de la vida pública de México”. No es un tiempo cualquiera, rutinario, ortodoxo; “es un cambio profundo, es una revolución de las conciencias” (AMLO, conferencia del 25 de enero 2022).
3.- Lo define la acción: la cuarta trasformación necesita personas de acción. “La política es pensamiento y acción, pero en estas circunstancias de transformación la acción es convicción” dice López Obrador- “La política es hacer historia, la política es llegar a ser hombre de nación, esa es la aspiración máxima. Necesitamos responsables que estén comprometidos por entero, que no se detengan ante nada y que se apliquen a fondo” (AMLO, conferencia del 25 de enero 2022). La cuarta transformación necesita personas que se entusiasmen, abocadas 24-7-365 al proyecto de transformación y convencidas de que viven un tiempo histórico.
4.- Clara definición por la izquierda: nada se logra con las medias tintas, dijo el presidente el 1 de diciembre de 2021, “los publicistas del periodo neoliberal … siempre recomiendan a los candidatos y gobernantes correrse al centro… Eso es un error: el noble oficio de la política exige autenticidad y definiciones. Ser de izquierda es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujarnos, no zigzaguear”. (Discurso del 1 de diciembre de 2021)
Para López Obrador, el resultado de este trabajo es un nuevo mexicano, una nueva clase media mexicana, porque la clase media “siempre ha sido así, muy individualista, le da la espalda al prójimo, [es] aspiracionista… quiere es ser como los de arriba y encaramarse lo más que se pueda, sin escrúpulos morales de ninguna índole; son partidarios de que ‘el que no transa, no avanza’. Es increíble cómo apoyan a gobiernos corruptos”. (AMLO, 14 de junio de 2021) Para AMLO los nuevos mexicanos deben ser “más conscientes y más politizados para que resistan campañas de manipulación, que no sean presa fácil de la manipulación que orquestan… los grupos de intereses creados… que no quieren que haya cambio porque… les conviene mantener el statu quo,… el régimen de corrupción, de injusticias, de opresión, de privilegios. Entonces, tiene que ser una gente muy despierta, muy inteligente.” (AMLO, 21 de junio de 2021).
Qué contiene explícitamente el testamento político de López Obrador se sabrá a su muerte. Pero el presidente ha descrito de manera consistente los rasgos que requiere tener quien desee heredar su movimiento. Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal o cualquier morenista pueden ya medirse contra un claro perfil de liderazgo. Hay que reconocer que en esto también el presidente López Obrador supera a la oposición y desnuda su pobreza de proyecto. Si tomamos el supuesto testamento del presidente como la descripción de un proyecto político, no deberíamos criticarlo por escribirlo sino exigir a otros líderes políticos a que hagan lo mismo.